Me dormí para evitar que te pensara.
Qué burla, el lugar donde busco mi paz es donde estabas.
Me dormí con lágrimas mojadas.
Esperando mi séptimo sueño a ver si en ellas remabas.
Me dormí para poder escaparme.
Esquivando pensarte para yo sanar, poder descansar.
Y te vuelvo a soñar.
Y te escucho decir.
“Nos besamos si te animas.
Quédate a dormir acá.
Que llevas mucho tiempo solo y yo te puedo acompañar.”
Y nos besamos a escondidas.
“Quédate un poco más.
Dame más picos de dopamina, natural melatonina.
Tú puedes controlarlo todo y yo quiero poder aprovechar el sueño
que no sé si yo te vuelva a ver.
Si te levantas seguramente no podré volver.
Cierra los ojos, piensa en mí.”
Yo siempre pienso en ti.
Difícil admitir que por ti me dormí, pero es lindo verte aquí.
Tan lindo verte aquí.
Aunque me sordee.
Aunque no lo vea.
Aunque en mi cabeza no sea la meta.
Muy, muy dentro de mí, te quiero aquí.
Toparnos en REM.
Besarnos again and again.
And again.
Me dormí para ya no pensarte y soñé que a lo lejos te encontraba.
Iba corriendo, pero no avanzaba.
“Que te quedes” al aire gritaba.
Me dormí, comencé a alucinarte.
En otro plano, por fin te tocaba.
Pasamos horas en la cama, jugando que el piso era lava.
Me dormí.
Que ahí afuera estoy muy solo.
Me dormí.
